miércoles, 12 de diciembre de 2012

Los goldfish: no tan fáciles de cuidar

A pesar de ser uno de los peces más comunes entre los aficionados que comienzan en el hobby, el goldfish o carassius auratus, no es para nada un pez fácil (sobretodo las variedades de nado lento como Ranchus, Ryukins...).
Necesita un acuario amplio (40 litros de agua por ejemplar para los carassius adultos de nado lento -Fantail, Oranda, Ryukin, Rachu, Telecopio...- y 80 litros de agua por ejemplar para los carassius adultos de nado rápido -Común, Cometa, Shubunkin...-) además de una potente filtración ( al menos 5 veces el volumen del acuario). También necesita una alimentación variada alternando las escamas con papillas caseras y alimentos vegetales como los guisantes, la lechuga o el alga espirulina (yo a los míos les daba habitualmente espirulina y les encantaba)
Los cambios de agua deben ser semanales y de al menos un tercio del volumen del acuario, la gravilla ni demasiado grande ni demasiado pequeña (el atragantamiento es una de las causas de muerte más comunes entre los goldfish) y si tienes pensado meter plantas, mejor optar por las variedades más duras como las anubias o las vallisnerias, porque los gorditos las acabarán mordisqueando.
Aún así, y tomando todas las precauciones del mundo, si te has encaprichado en mantener variedades más o menos exóticas de goldfish, tarde o temprano te llevarás un susto: que si el dichoso punto blanco, que si ahora tiene hidropesia, escamas levantadas, que si no controla su nado y acaba flotando (la archiconocida inflamación de la vegiga natatoria), tumores, puntos rojos, úlceras, hongos...En fin, que son peces delicados pese a lo que muchas personas piensan y si tienes tu primer acuario y encima es de reducidas dimensiones, mejor montarse un comunitario de tropicales que queda la mar de bien.

Si tienes sitio y puedes proveerles de todos los cuidados necesarios, mucho ánimo, el carassius es un pez fascinante y uno de los más decorativos y que más impresiona a la gente (no en vano, en el Extremo Oriente realizan hasta concursos de belleza de estos peces y, además, ver un ejemplar adulto de Ranchu, por ejemplo, es una experiencia estética inolvidable, el problema es que en España es dificil conseguir ejemplares de calidad)
Sea como fuere, yo los he tenido, los he disfrutado y los he sufrido. Os dejo una foto de un Oranda chulísimo con una úlcera que pillamos demasiado tarde y terminó con su vida, pese a los tratamientos:
La boina de los Orandas es una fuente constante de infecciones y hay que tener mucho cuidado con ellos