Cerca de Zaragoza, en Villamayor de Gállego, he podido contemplar uno de los ejemplares más famosos de Sabina Albar de toda España.
Este árbol venerable, que según algunos podría sobrepasar los 2000 años de edad, es uno de los pocos árboles herederos de ese bosque típico mediterráneo de época romana, que cubría los hoy desertizados Monegros (la construcción de la Armada Invencible, acabó con estos "Montes negros" dejando una tierra árida como pocas) y ahora permanece enhiesto al sol y a la sequía, testigo mudo del incomprensible vaivén de la historia.