Un libro absolutamente recomendable para todos los amantes de los árboles que quieran localizar ejemplares de árboles centenarios por tierras aragonesas, es el manual: Árboles de Aragón.Guía de árboles monumentales y singulares de Aragón. VV.AA. Prames, 2000.
En dicho libro aparecen clasificados por familias y localización geográfica (Zaragoza, Huesca o Teruel), algunos de los árboles más importantes que siguen en pié después de siglos y siglos de desvelos, en los campos, urbes y rincones más o menos escondidos de la geografía aragonesa.
Olivos, sequoyas (sí, sequoyas: una en Zaragoza, otra en Huesca y otra en Teruel), pinos...y otros muchos ejemplares desfilan por sus páginas y aguardan nuestra visita (una de las virtudes de este libro es su minuciosidad a la hora de situar cada uno de los árboles).
Un libro realizado con mucho cariño y dedicación y que pretende dejar constancia para generaciones venideras de un tesoro para muchos desconocido: los árboles monumentales de Aragón
jueves, 20 de diciembre de 2012
miércoles, 12 de diciembre de 2012
Libros sobre árboles de Thomas Pakenham
Thomas Pakenham es un historiador militar anglo irlandés que también posee el título nobiliar de Earl (algo así como conde, aunque parece que ha renunciado a él) y que en los últimos años ha escrito numerosos libros sobre árboles singulares e incluso ha comenzado a cultivarlos en los terrenos de su familia en Irlanda.
Su primer libro sobre árboles singulares, titulado Meetings with remarkable trees, fué un best seller y cuando se publicó en 1996 alcanzó la friolera de 200.000 ejemplares vendidos, muchos más que cualquiera de los libros que había escrito hasta entonces sobre Historia militar.
En este primer libro, Thomas Pakenham analizaba con magníficas fotografías 60 de los árboles más emblemáticos de Inglaterra e Irlanda. El éxito de este libro creo que se explica fácilmente teniendo en cuenta lo innovador de la propuesta (apenas hay libros dedicados a viejos árboles) y el modo de plantearlo (la presentación está muy cuidada con excelentes fotografías -algunas a doble página-, apoyo en citas literarias encabezando los capítulos, referencias históricas de los árboles, curiosidades...). En fin, un libro destinado al gran público y que logra transmitir esa pasión que el autor siente por los árboles.
Su segundo libro, Remarkable trees of the world (traducido al español por la editorial Blume) fué otro gran éxito de ventas y a estos dos libros sobre árboles les sucedieron otros: In search of remarkable trees, The remarkable baobab...y algún título más, que ha contribuído a llenar esa laguna que había en el tema de los árboles monumentales y que esperemos que tenga algún eco en posteriores autores/libros sobre árboles.
Lo que a mí me gusta de los libros de Pakenham es que se nota que están escritos por un apasionado de los árboles y que no se anda por las ramas con clasificaciones botánicas y descripciones científicas. Este último aspecto, que a muchos eruditos les parecerá algo reprochable, a mí me encanta porque pone a disposición del gran público la vida y la historia de estos gigantes centenarios desde un punto de vista amateur y logra que te enganches.
Por otro lado, quizá peca de demasiado subjetivo, ya que únicamente retrata los árboles que más le llaman la atención a él a traves de sus viajes...y algo de enfoque científico no estaría mal, pero sus libros siguen siendo extraordinarios.
Su primer libro sobre árboles singulares, titulado Meetings with remarkable trees, fué un best seller y cuando se publicó en 1996 alcanzó la friolera de 200.000 ejemplares vendidos, muchos más que cualquiera de los libros que había escrito hasta entonces sobre Historia militar.
En este primer libro, Thomas Pakenham analizaba con magníficas fotografías 60 de los árboles más emblemáticos de Inglaterra e Irlanda. El éxito de este libro creo que se explica fácilmente teniendo en cuenta lo innovador de la propuesta (apenas hay libros dedicados a viejos árboles) y el modo de plantearlo (la presentación está muy cuidada con excelentes fotografías -algunas a doble página-, apoyo en citas literarias encabezando los capítulos, referencias históricas de los árboles, curiosidades...). En fin, un libro destinado al gran público y que logra transmitir esa pasión que el autor siente por los árboles.
Su segundo libro, Remarkable trees of the world (traducido al español por la editorial Blume) fué otro gran éxito de ventas y a estos dos libros sobre árboles les sucedieron otros: In search of remarkable trees, The remarkable baobab...y algún título más, que ha contribuído a llenar esa laguna que había en el tema de los árboles monumentales y que esperemos que tenga algún eco en posteriores autores/libros sobre árboles.
Lo que a mí me gusta de los libros de Pakenham es que se nota que están escritos por un apasionado de los árboles y que no se anda por las ramas con clasificaciones botánicas y descripciones científicas. Este último aspecto, que a muchos eruditos les parecerá algo reprochable, a mí me encanta porque pone a disposición del gran público la vida y la historia de estos gigantes centenarios desde un punto de vista amateur y logra que te enganches.
Por otro lado, quizá peca de demasiado subjetivo, ya que únicamente retrata los árboles que más le llaman la atención a él a traves de sus viajes...y algo de enfoque científico no estaría mal, pero sus libros siguen siendo extraordinarios.
Los libros de Thomas Pakenham, ocupan un lugar muy especial en mi biblioteca |
Los goldfish: no tan fáciles de cuidar
A pesar de ser uno de los peces más comunes entre los aficionados que comienzan en el hobby, el goldfish o carassius auratus, no es para nada un pez fácil (sobretodo las variedades de nado lento como Ranchus, Ryukins...).
Necesita un acuario amplio (40 litros de agua por ejemplar para los carassius adultos de nado lento -Fantail, Oranda, Ryukin, Rachu, Telecopio...- y 80 litros de agua por ejemplar para los carassius adultos de nado rápido -Común, Cometa, Shubunkin...-) además de una potente filtración ( al menos 5 veces el volumen del acuario). También necesita una alimentación variada alternando las escamas con papillas caseras y alimentos vegetales como los guisantes, la lechuga o el alga espirulina (yo a los míos les daba habitualmente espirulina y les encantaba)
Los cambios de agua deben ser semanales y de al menos un tercio del volumen del acuario, la gravilla ni demasiado grande ni demasiado pequeña (el atragantamiento es una de las causas de muerte más comunes entre los goldfish) y si tienes pensado meter plantas, mejor optar por las variedades más duras como las anubias o las vallisnerias, porque los gorditos las acabarán mordisqueando.
Aún así, y tomando todas las precauciones del mundo, si te has encaprichado en mantener variedades más o menos exóticas de goldfish, tarde o temprano te llevarás un susto: que si el dichoso punto blanco, que si ahora tiene hidropesia, escamas levantadas, que si no controla su nado y acaba flotando (la archiconocida inflamación de la vegiga natatoria), tumores, puntos rojos, úlceras, hongos...En fin, que son peces delicados pese a lo que muchas personas piensan y si tienes tu primer acuario y encima es de reducidas dimensiones, mejor montarse un comunitario de tropicales que queda la mar de bien.
Si tienes sitio y puedes proveerles de todos los cuidados necesarios, mucho ánimo, el carassius es un pez fascinante y uno de los más decorativos y que más impresiona a la gente (no en vano, en el Extremo Oriente realizan hasta concursos de belleza de estos peces y, además, ver un ejemplar adulto de Ranchu, por ejemplo, es una experiencia estética inolvidable, el problema es que en España es dificil conseguir ejemplares de calidad)
Sea como fuere, yo los he tenido, los he disfrutado y los he sufrido. Os dejo una foto de un Oranda chulísimo con una úlcera que pillamos demasiado tarde y terminó con su vida, pese a los tratamientos:
Necesita un acuario amplio (40 litros de agua por ejemplar para los carassius adultos de nado lento -Fantail, Oranda, Ryukin, Rachu, Telecopio...- y 80 litros de agua por ejemplar para los carassius adultos de nado rápido -Común, Cometa, Shubunkin...-) además de una potente filtración ( al menos 5 veces el volumen del acuario). También necesita una alimentación variada alternando las escamas con papillas caseras y alimentos vegetales como los guisantes, la lechuga o el alga espirulina (yo a los míos les daba habitualmente espirulina y les encantaba)
Los cambios de agua deben ser semanales y de al menos un tercio del volumen del acuario, la gravilla ni demasiado grande ni demasiado pequeña (el atragantamiento es una de las causas de muerte más comunes entre los goldfish) y si tienes pensado meter plantas, mejor optar por las variedades más duras como las anubias o las vallisnerias, porque los gorditos las acabarán mordisqueando.
Aún así, y tomando todas las precauciones del mundo, si te has encaprichado en mantener variedades más o menos exóticas de goldfish, tarde o temprano te llevarás un susto: que si el dichoso punto blanco, que si ahora tiene hidropesia, escamas levantadas, que si no controla su nado y acaba flotando (la archiconocida inflamación de la vegiga natatoria), tumores, puntos rojos, úlceras, hongos...En fin, que son peces delicados pese a lo que muchas personas piensan y si tienes tu primer acuario y encima es de reducidas dimensiones, mejor montarse un comunitario de tropicales que queda la mar de bien.
Si tienes sitio y puedes proveerles de todos los cuidados necesarios, mucho ánimo, el carassius es un pez fascinante y uno de los más decorativos y que más impresiona a la gente (no en vano, en el Extremo Oriente realizan hasta concursos de belleza de estos peces y, además, ver un ejemplar adulto de Ranchu, por ejemplo, es una experiencia estética inolvidable, el problema es que en España es dificil conseguir ejemplares de calidad)
Sea como fuere, yo los he tenido, los he disfrutado y los he sufrido. Os dejo una foto de un Oranda chulísimo con una úlcera que pillamos demasiado tarde y terminó con su vida, pese a los tratamientos:
La boina de los Orandas es una fuente constante de infecciones y hay que tener mucho cuidado con ellos |
martes, 11 de diciembre de 2012
El arte topiario
El vocablo "topiario" proviene del latín "topiarius", palabra que designaba al colectivo de personas que en la antigua Roma se dedicaban a cuidar de los jardines. Precisamente es allí donde se encuentra el origen de lo que se ha dado en llamar arte topiario. Y ¿qué es el arte topiario? La topiaria o arte topiario es el arte de dar forma a través de podas a arbustos de hoja perenne con un crecimiento muy compacto (tejos, aligustres, loniveras, bojs, pitosporos, acebos...) o tamnién árboles de crecimiento muy compacto como el ciprés. Dichas formas pueden ser geométricas, abstractas, naturalistas u oníricas: el límite está en la imaginación del jardinero (y en los condicionantes técnicos, ya que no todo es posible)
En Roma ya era muy admirado este tipo de jardinería y en el Renacimiento, volvieron a estar en boga las imaginativas creaciones del arte topiario. A muchos quizá nos vengan a la cabeza los diseños del jardín de Versalles, los jardines del palacio Real de Felipe V o, sin ir más lejos, la película de Eduardo Manostijeras. La verdad es que es un concepto de jardinería muy a la occidental, muy de encorsetar y dividir la naturaleza, pero tiene sus atractivos (aunque un amante de los jardines japoneses, y de dejar ser a la naturaleza, quizá no estaría muy convencido de la belleza de estos diseños que en muchos casos no pasan de ser pintorescos)
Queden las fotos como ejemplo:
En Roma ya era muy admirado este tipo de jardinería y en el Renacimiento, volvieron a estar en boga las imaginativas creaciones del arte topiario. A muchos quizá nos vengan a la cabeza los diseños del jardín de Versalles, los jardines del palacio Real de Felipe V o, sin ir más lejos, la película de Eduardo Manostijeras. La verdad es que es un concepto de jardinería muy a la occidental, muy de encorsetar y dividir la naturaleza, pero tiene sus atractivos (aunque un amante de los jardines japoneses, y de dejar ser a la naturaleza, quizá no estaría muy convencido de la belleza de estos diseños que en muchos casos no pasan de ser pintorescos)
Queden las fotos como ejemplo:
Takanori Aiba
Un ejemplo impresionante de fusión de artes ancestrales como el bonsai o el suiseki, con la escultura y la arquitectura, nos lo proporcionan las fantásticas obras del arquitecto y diseñador japonés Takanori Aiba.
Este artista de Yokohama, se dedica desde el año 2003 a realizar pequeños mundos de fantasía con un detallismo hiper-minucioso, asentados en bonsáis o suisekis tradicionales realizados con papel, yeso, plástico, resina...y la verdad es que los resultados no dejan a nadie indiferente.
Es admirable como respetando los cánones de la estética japonesa (en lo que al bonsai y al suiseki respecta), consigue crear estos pequeños mundos laberínticos de pequeños seres que viven y mueren en torno a un bonsai o un suiseki-universo.
Os dejo unas fotos:
He de añadir que el suiseki chino no tiene nada que ver con el japonés (de hecho, en China se habla de scholar´s rocks o gongshi y no de suiseki, término éste que queda reducido a las piedras niponas): el suiseki chino es más intrincado, barroco, imaginativo, abstracto y grandilocuente que el japonés (sirva como ejemplo la foto de este mismo post) mientras que el japonés suele ser de menores dimensiones y más desnudo y austero, con formas fácilmente identificables (montañas, animales...).
Dicho esto, me parece normal que este artista use piedras más acordes con la estética china, ya que apoyan mucho mejor la fantasía de sus pequeños mundos, que por otra parte recuerdan muchísimo a las increíbles creaciones de Disney.
Este artista de Yokohama, se dedica desde el año 2003 a realizar pequeños mundos de fantasía con un detallismo hiper-minucioso, asentados en bonsáis o suisekis tradicionales realizados con papel, yeso, plástico, resina...y la verdad es que los resultados no dejan a nadie indiferente.
Es admirable como respetando los cánones de la estética japonesa (en lo que al bonsai y al suiseki respecta), consigue crear estos pequeños mundos laberínticos de pequeños seres que viven y mueren en torno a un bonsai o un suiseki-universo.
Os dejo unas fotos:
Bonsai en estilo cascada, con su maceta y mesa de exposición |
Típica scholar stone china, que también sirve de base a un pequeño mundo |
Otro ejemplo de las famosas scholar´s stones chinas, con su base tallada con todo lujo de detalles |
Y aquí os he puesto una scholar stone verdadera, para que veáis la similitud |
Suiseki expuesto con su suiban y todo (que sirve de puerto) |
Este parece un ejemplo de bonsai enrraizado en roca |
He de añadir que el suiseki chino no tiene nada que ver con el japonés (de hecho, en China se habla de scholar´s rocks o gongshi y no de suiseki, término éste que queda reducido a las piedras niponas): el suiseki chino es más intrincado, barroco, imaginativo, abstracto y grandilocuente que el japonés (sirva como ejemplo la foto de este mismo post) mientras que el japonés suele ser de menores dimensiones y más desnudo y austero, con formas fácilmente identificables (montañas, animales...).
Dicho esto, me parece normal que este artista use piedras más acordes con la estética china, ya que apoyan mucho mejor la fantasía de sus pequeños mundos, que por otra parte recuerdan muchísimo a las increíbles creaciones de Disney.
lunes, 10 de diciembre de 2012
Montando el acuario de un amigo
Uno de mis amigos nunca había tenido un acuario y quería montarse uno en su salón, así que una tarde se animó y nos fuimos a comprar el material necesario.
Tras mirar muchos acuarios, finalmente se decantó por uno de 60 litros con calentador, pantalla y filtro incorporado (de todos los kits de acuarios que vimos, éste era el que tenía mejor filtro -el Aquaclear de cascada- y la calidad y acabados del cristal, parecían excelentes teniendo en cuenta que era un acuario para empezar en el hobby)
Una vez reunidos todos los materiales, instalamos el acuario en su sitio (es importantísimo estar completamente seguros de la resistencia del mueble) y comenzó mi parte favorita del montaje: el diseño del acuario.
A la hora de dar vida a esta urna había que tener muy claros los condicionantes y limitaciones de que partíamos: por un lado, había que intentar minimizar el gasto lo máximo posible, los futuros habitantes debían ser peces e invertebrados fáciles de cuidar (ya que iban a ser los primeros peces de un acuarista ultra-primerizo) y otro condicionante importante era la iluminación, ya que el acuario venía con un pl de 18 watios y esto limitaba muchísimo el tipo de plantas que podíamos poner (además siendo el primer acuario de mi amigo, mejor no hablarle de fertilizantes, co2 y demás movidas de los acuarios high tech)
¿Cómo podíamos montar algo decente con todos estos condicionantes? ¿Cómo salir del paso y montar un acuario natural y que no atentase contra el buen gusto?
Las únicas plantas que aceptan una iluminación tan baja y que además sobreviven al más novato de los novatos eran las anubias y el musgo de Java. Por otro lado, las raíces rojas quedan muy decorativas en el acuario, así que teniendo en mente estos tres elementos (anubias, raíces y musgo) comencé a darle vueltas al tarro y se me acurrió una composición que quizá podría emular de una manera creíble el lecho de un río tropical y realzar la belleza de los peces.
Otro elemento que contribuyó a darle un poco más de vidilla a la composición, fueron algunas piedras que añadimos entre las raíces, sobre todo una gran piedra Seiryu que pusimos centrando la composición.
Y cómo no, el musgo de Java, que además de un inconfundible efecto estético, proveerá de escondites a los futuros alevines:
La composión iba a consistir en raíces rojas de gran tamaño entrelazadas y musgo y anubias sujetos a éstas con hilo de pescar: esto es todo; sin complicaciones.
Lo que no sabíamos es que lo peor estaba por llegar, ya que las malditas raíces rojas, pese a haberlas hervido un buen rato, se negaban a hundirse.
Después de este primer contratiempo, y armándonos de paciencia, decidimos atar las raíces a unas piedras enterrando las piedras para que no se vieran, así que preparamos las anubias y el musgo y fuimos atándolos con hilo de pescar a las ráices y luego estas otras a sus respectivas piedras para evitar la flotación.
El diseño, justo después de llenar el acuario, quedó así:
Como se aprecia en la imagen, el efecto decorativo de las anubias y el musgo sobre las raíces rojas, queda muy natural y el hecho de haber colocado un fondo de vinilo monócromo, contribuye a resaltar los elementos de la composición y también subraya su simplicidad (algo que nos interesa sobremanera, para dar más protagonismo a los peces). Por otro lado, la gravilla neutra también contribuye a este fin dando un punto justo de contraste entre la zona "vegetal" de las raíces y la inerte del sustrato.
Otro elemento que creo que le da dinamismo a la composición es la roca del centro que envolvimos casi literalmente con musgo de Java y anubias nanas.
Unos días después y ya con algún pez, el aspecto que presentaba era este:
Tras el llenado, lo prudente sería esperar al ciclado (un mes), para meter peces, pero algunos aficionados, controlan el ph manteniendolo a 7 con diversos productos, echan bacterias...y meten antes los peces (yo no me voy a meter en lo que debe o no debe hacerse, pero haciendo el ciclado te evitas futuros sofocones).
Al final respecto a los peces que lo iban a poblar, optamos por los ovovivíparos, que son los peces más fáciles para empezar y aprovechando que el acuario de mi padre tenía una sobrepoblación de guppies, le regalé unos cuantos queen la foto de arriba ya están nadando en su nueva casa. Además también le regalé la cladophora de la izquierda y una veintena de gambas red cherry.
Ya está. No hay más: un cambio de agua y de materiales filtrantes una vez al mes, bacterias una vez a la semana, controlar el ph, alimentar a los pequeñines...Esto es solo el comienzo, amigo, solo el comienzo. Luego probablemente te metas con los acuarios plantados, o te compres unos discos y un acuario 5 veces más grande...quién sabe. En esto de la acuariofilia todo es empezar.
Un mes después estuve en casa de mi amigo. Las anubias habían crecido un montón y ya casi no se notaba el hilo de pescar con el que los habíamos atado. La verdad es que el acuario, estaba precioso:
Y para despedir el post, qué mejor que mostrar un pequeño vídeo del acuario que montamos con el sudor de nuestras frentes:
Tras mirar muchos acuarios, finalmente se decantó por uno de 60 litros con calentador, pantalla y filtro incorporado (de todos los kits de acuarios que vimos, éste era el que tenía mejor filtro -el Aquaclear de cascada- y la calidad y acabados del cristal, parecían excelentes teniendo en cuenta que era un acuario para empezar en el hobby)
Una vez reunidos todos los materiales, instalamos el acuario en su sitio (es importantísimo estar completamente seguros de la resistencia del mueble) y comenzó mi parte favorita del montaje: el diseño del acuario.
A la hora de dar vida a esta urna había que tener muy claros los condicionantes y limitaciones de que partíamos: por un lado, había que intentar minimizar el gasto lo máximo posible, los futuros habitantes debían ser peces e invertebrados fáciles de cuidar (ya que iban a ser los primeros peces de un acuarista ultra-primerizo) y otro condicionante importante era la iluminación, ya que el acuario venía con un pl de 18 watios y esto limitaba muchísimo el tipo de plantas que podíamos poner (además siendo el primer acuario de mi amigo, mejor no hablarle de fertilizantes, co2 y demás movidas de los acuarios high tech)
¿Cómo podíamos montar algo decente con todos estos condicionantes? ¿Cómo salir del paso y montar un acuario natural y que no atentase contra el buen gusto?
Las únicas plantas que aceptan una iluminación tan baja y que además sobreviven al más novato de los novatos eran las anubias y el musgo de Java. Por otro lado, las raíces rojas quedan muy decorativas en el acuario, así que teniendo en mente estos tres elementos (anubias, raíces y musgo) comencé a darle vueltas al tarro y se me acurrió una composición que quizá podría emular de una manera creíble el lecho de un río tropical y realzar la belleza de los peces.
Anubia nana |
Anubia nana en maceta. A la hora de plantar hay que eliminar completamente la esponja de las raíces y nunca enterrar las raíces para evitar la pudrición. |
Las decorativas raíces rojas. Imagen sacada de: http://www.nascapers.es/tienda/category.php?id_category=76 |
Las rocas Seiryu que utiliza Amano en muchos de sus montajes. Imagen sacada de:http://www.nascapers.es/tienda/category.php?id_category=76 |
He aquí lo que se me ocurrió hacer: ir atando a las raíces rojas el musgo y las anubias para que se fueran extendiendo |
La composión iba a consistir en raíces rojas de gran tamaño entrelazadas y musgo y anubias sujetos a éstas con hilo de pescar: esto es todo; sin complicaciones.
Lo que no sabíamos es que lo peor estaba por llegar, ya que las malditas raíces rojas, pese a haberlas hervido un buen rato, se negaban a hundirse.
Después de este primer contratiempo, y armándonos de paciencia, decidimos atar las raíces a unas piedras enterrando las piedras para que no se vieran, así que preparamos las anubias y el musgo y fuimos atándolos con hilo de pescar a las ráices y luego estas otras a sus respectivas piedras para evitar la flotación.
El diseño, justo después de llenar el acuario, quedó así:
Como se aprecia en la imagen, el efecto decorativo de las anubias y el musgo sobre las raíces rojas, queda muy natural y el hecho de haber colocado un fondo de vinilo monócromo, contribuye a resaltar los elementos de la composición y también subraya su simplicidad (algo que nos interesa sobremanera, para dar más protagonismo a los peces). Por otro lado, la gravilla neutra también contribuye a este fin dando un punto justo de contraste entre la zona "vegetal" de las raíces y la inerte del sustrato.
Otro elemento que creo que le da dinamismo a la composición es la roca del centro que envolvimos casi literalmente con musgo de Java y anubias nanas.
Unos días después y ya con algún pez, el aspecto que presentaba era este:
En la imagen se pueden apreciar sus primeros habitantes: unos guppies, y, a la izquierda una cladophora (bolita de musgo) que se añadió posteriormente |
Tras el llenado, lo prudente sería esperar al ciclado (un mes), para meter peces, pero algunos aficionados, controlan el ph manteniendolo a 7 con diversos productos, echan bacterias...y meten antes los peces (yo no me voy a meter en lo que debe o no debe hacerse, pero haciendo el ciclado te evitas futuros sofocones).
Al final respecto a los peces que lo iban a poblar, optamos por los ovovivíparos, que son los peces más fáciles para empezar y aprovechando que el acuario de mi padre tenía una sobrepoblación de guppies, le regalé unos cuantos queen la foto de arriba ya están nadando en su nueva casa. Además también le regalé la cladophora de la izquierda y una veintena de gambas red cherry.
Ya está. No hay más: un cambio de agua y de materiales filtrantes una vez al mes, bacterias una vez a la semana, controlar el ph, alimentar a los pequeñines...Esto es solo el comienzo, amigo, solo el comienzo. Luego probablemente te metas con los acuarios plantados, o te compres unos discos y un acuario 5 veces más grande...quién sabe. En esto de la acuariofilia todo es empezar.
Un mes después estuve en casa de mi amigo. Las anubias habían crecido un montón y ya casi no se notaba el hilo de pescar con el que los habíamos atado. La verdad es que el acuario, estaba precioso:
Una Caridina, caminando por las raíces |
Y para despedir el post, qué mejor que mostrar un pequeño vídeo del acuario que montamos con el sudor de nuestras frentes:
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