Para empezar, aunque hay especies como la higuera que toleran muy bien las aguas duras, lo mejor es tener un equipo de ósmosis y regar con agua de calidad.
Lo que ocurre cuando usamos agua del grifo (siempre reposada para quitar el cloro) es que con el paso de los meses (y más si vivimos en una ciudad como Zaragoza, donde el agua tiene un alto contenido en cal) se va formando un cerco blanco en el borde de las macetas y el nebari de nuestros bonsáis.
¿Cómo quitar estas anti estéticas manchas?
Tan solo tenemos que llenar un vaso con agua muy caliente y echar en el agua un poco de vinagre. A continuación, con un cepillo de dientes, se trata de ir frotando en los lugares donde se ha acumulado la cal y el vinagre irá haciendo su trabajo.
Lo recomendable si se riega con agua del grifo, es hacer este trabajo en repetidas ocasiones, para evitar que la mancha de cal sea tan grande que al frotar se dañe la corteza de nuestros árboles, porque a más tiempo sin limpiar, más difícil es quitar la mancha de cal.