El caso es que el acuario parecía una sopa de pescado llena de matojos y, aunque el aspecto asalvajado en los acuarios siempre resulta atractivo, este acuario había sido mal diseñado desde el principio ya que se había plantado excesivamente y debido su escasa iluminación (únicamente un fluorescente de 18w) y la ausencia de abonados y co2, se habían ido muriendo todas las plantas del fondo y sólo quedaban las plantas más cercanas al cristal frontal (que además habían crecido y tapaban todo el fondo del acuario impidiendo disfrutar de los peces).
La cuestión es que mi padre quería darle un lavado de cara y rediseñarlo, así que nos pusimos manos a la obra.
Lo más urgente era solucionar lo de las plantas del primer plano, ya que impedían la visión en profundidad del acuario e incluso dificultaban el nado de los peces.
En esta foto se puede apreciar a qué me refiero:
He señalado con flechas rojas la línea de altura de las plantas de primera línea, que dificultaban la visión del acuario en profundidad |
Le estuve dando vueltas a la cabeza un tiempo hasta que más o menos me decidí por un diseño que explicaré más adelante, así que teniendo en mente el acuario que quería montar y respetando los dos condicionantes ya expuestos arriba, me fuí a dar una vuelta al río Gállego en busca de piedras que pudiesen cuadrar con el diseño que tenía pensado.
Una vez recogidas y seleccionadas las piedras, la disposición que más me cuadró fué esta:
Piedras recogidas en el río y su disposición definitiva (después de mucho pensar) |
Coger piedras del río en lugar de gastarte un pastón en las Dragon stone o las Unzan, vale, pero ¿Cómo vas a diseñar un iwagumi sin co2 y sólo con 18 watios de iluminación?¿Cómo vas a tapizar?
La verdad es que la respuesta resultó ser más sencilla de lo que parecía:
Había estado mirando y remirando los diseños de acuarios que realiza Oliver Knott, y en la galería de imágenes de su página web, de pronto me encontré con un acuario tipo iwagumi, que estaba totalmente tapizado con musgo y apenas tenía iluminación. ¡Ya lo tenía claro! Cogería piedras del río, tapizaría con musgo de java y reaprovecharía las plantas preexistentes para plantarlas detrás de las rocas (como los iwagumis que tienen sólo dos tipos de plantas, una para tapizar tipo cuba y otra más alta tipo alguna eleocharis para el fondo)
Este era por tanto el diseño que tenía entre manos:
El tapizado lo haría con musgo de Java y las plantas ya existentes las colocaría detrás de las piedras |